¿Qué se entiende por “entrenar”?

En su descripción más técnica pero a la vez más breve,“ENTRENAR”significa desarrollar de manera sistemática (es decir, siguiendo unmétodo ) el potencial motor (o sea, aquello que tiene que ver con nuestro sistema músculo-esquelético).

 

 

Acondicionar, preparar, y entrenar son todos sinónimos, sin extendernos en precisiones.

 

¿Para qué se entrena? Para corregir (una debilidad muscular, por ejemplo), rehabilitar (tras una lesión) o desarrollar (para mejorar el desempeño deportivo).

 

¿Qué es susceptible de ser entrenado, acondicionado o preparado?: tradicionalmente, cinco elementos:

  • Fuerza

  • Flexibilidad

  • Resistencia muscular

  • Resistencia cardiovascular

  • Coordinación neuromuscular

 

Si queremos diseñar un entrenamiento específico, debemos combinar las variables anteriores. Por ejemplo, si el objetivo es rehabilitar una rodilla luego de una lesión, deberemos trabajar sobre la fuerza, la resistencia muscular y la coordinación neuromuscular en la misma.

En cambio, si estamos entrenando para una carrera, deberemos concentrarnos en desarrollar (incrementar) fuerza, resistencia muscular y flexibilidad en el tren inferior, junto con la resistencia cardiovascular.

 

El siguiente paso es diseñar el programa. Un programa de entrenamiento es mucho más que un conjunto de ejercicios: es también cómo se los organiza y combina entre sí. Entre los muchos tipos de programas de entrenamiento que podemos tener, los más conocidos son:

 

 

 

Circuitos: ideales para entrenar una variedad de elementos en grupos más o menos numerosos. Se prensentan varias “estaciones”: en cada una de ellas se realiza una determinada actividad o ejercicio. Los atletas van rotando de una a otra estación y se ejercitan en cada una durante un tiempo determinado o hasta completar un cierto número de repeticiones.


Intervalos:combinan cortos intervalos de actividad intensa con actividad más suave o descanso. Ideales para deportes que también tienen este ritmo irregular (en general, deportes de equipos)

Entrenamiento de fuerza: se utiliza la resistencia para desarrollar fuerza, resistencia y volumen muscular. Para crear esta resistencia se utilizan pesas, bandas elásticas, resortes e incluso el peso del propio cuerpo.

Pliometría: ejercicios de rebote, ideales para desarrollar potencia, coordinación y movimiento explosivo. Plataformas de salto, camas elásticas, etc, se utilizan en este tipo de programas. 

Resistencia: incluye una variedad de actividades de intensidad intermedia desarrolladas durante un intervalo de tiempo relativamete largo con el propósito de mejorar la capacidad cardiorrespiratoria. Correr, hacer jogging, nadar y andar en bicicleta son ejemplos de actividades que desarrollan la capacidad aeróbica (o cardio) mientras se construye resistencia muscular.

 

Entrenamiento funcional: incluye ejercicios directamente relacionados con la actividad cotidiana. Tanto si se es un maratonista, un triatleta o una mamá que quiere cargar a sus hijos en brazos sin lesionarse, el entrenamiento funcional es una modalidad a tener en cuenta. Tiene sus orígenes en la rehabilitación y se basa en desarrollar ejercicios que emulen los movimientos que los clientes realizan en sus actividades, pero realizados desde una postura y una biomecánica sanas.

 

La pregunta obligada: ¿dónde encaja Pilates en todo ésto? Gracias a su versatilidad y su compatibilidad, los principios, ejercicios y equipos de Pilates pueden incorporarse a muchas modalidades de entrenamiento que, a primera vista, pueden parecer ajenas a este método. Es así como se puede diseñar una clase de Pilates en circuito, incorporando diferentes accesorios de suelo o diferentes equipos. Suele ser una buena opción en estudios con pocos equipos y muchos clientes.

El entrenamiento por intervalos y la pliometría se utilizan en reformer, con la tabla de saltos como accesorio.

El concepto de entrenamiento funcional también puede adaptarse a Pilates y sus equipos. Es así como existen protocolos para entrenamiento atlético, deportes de raqueta, golf, y otras disciplinas.

 

Finalmente, el entrenamiento de fuerza es inherente a pilates pero por el propio diseño de los equipos, si bien los ejercicios no se enfocan en el aumento del volumen muscular. En cuanto al entrenamiento de resistencia, es tal vez el único que Pilates no provee directamente, por lo que se lo recomienda como alternativa en los días en los que no se practica pilates.

 

 

 

 

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